En un esfuerzo por fortalecer la resiliencia de las comunidades andinas frente al cambio climático, familias de la comunidad de Sacaca, en Pisac, han visitado recientemente la microcuenca de Huarahuaramayo para conocer de primera mano las experiencias exitosas desarrolladas por familias locales entre los años 2020 y 2022.

Durante este periodo, PREDES, con el apoyo de Brot, trabajó en la microcuenca de Huarahuaramayo para promover la implementación de medidas de adaptación al cambio climático. Una de las iniciativas más destacadas fue la transformación de tubérculos andinos mediante un proceso que responde a los desafíos impuestos por las alteraciones climáticas que han afectado las condiciones tradicionales de deshidratación.

La técnica propuesta consistió en un precocido de los tubérculos por tres minutos, seguido de un proceso de deshidratación al sol, lo que permitió a las familias adaptar y mejorar sus métodos de transformación. Inspiradas por la experiencia de La Canasta Solidaria, Mikhuna Qachun visitada durante la duración del proyecto, estas familias extendieron sus prácticas a la deshidratación de hortalizas y otros alimentos, contribuyendo así a la seguridad alimentaria en sus comunidades.

Este año, en el marco del proyecto “Incremento de la Resiliencia ante el Riesgo Climático en las Comunidades Altoandinas de Cusco”, nuevamente impulsado por PREDES con el apoyo de Brot, se está promoviendo la deshidratación de alimentos y almacenamiento como una medida clave para enfrentar el cambio climático. Las familias de Sacaca, Pampallacta y Chahuaytiri liderarán este esfuerzo. Este primer año del proyecto, La comunidad de Sacaca participa de un concurso que promueve la implementación de estas medidas. 

La visita de las familias de Sacaca a Huarahuaramayo ha sido un éxito rotundo. Al observar los avances logrados en la transformación y almacenamiento de alimentos, estas familias han encontrado inspiración para replicar y mejorar los modelos implementados. Además, este año, como proyecto, se ha incorporado una innovación crucial: la implementación de secadores solares artesanales, que permitirán que el proceso de deshidratación sea más limpio, eficiente y seguro.

Esta iniciativa no solo refuerza la seguridad alimentaria en tiempos de cambio climático, sino que también fortalece el conocimiento y la capacidad de las comunidades altoandinas para enfrentar los desafíos ambientales actuales y futuros.